La ciudad de La Paz amaneció este lunes prácticamente aislada del resto del país, en medio de una ola de bloqueos encabezados por simpatizantes del expresidente Evo Morales. Las protestas, que ya cumplen su segunda semana, han paralizado rutas clave y generado una creciente tensión política a menos de tres meses de las elecciones presidenciales.

Los manifestantes exigen la renuncia del presidente Luis Arce y la habilitación de Morales como candidato, luego de que el Tribunal Constitucional le negara esa posibilidad por considerar ilegal su intento de buscar un nuevo mandato. En respuesta, sectores afines al exmandatario han tomado puntos estratégicos de las carreteras, impidiendo el paso de vehículos y mercancías.
La situación ha provocado un fuerte impacto en el abastecimiento de alimentos en la ciudad. Comerciantes reportan escasez de productos básicos como carne de res y pollo, cuyos precios se han disparado. “No hay cómo traer mercadería, los camiones están varados”, lamentó una vendedora del mercado Rodríguez.
Según la directora de la terminal terrestre de La Paz, Iveliz Asturiaga, todos los viajes interdepartamentales están suspendidos. Más de 500 vehículos permanecen detenidos en distintos puntos del país, según reportó el dirigente transportista Pedro Quispe.
El gobierno ha intentado despejar algunas rutas con apoyo de la policía y el Ejército, pero los enfrentamientos han sido frecuentes. El presidente Arce, por su parte, descartó renunciar y acusó a Morales de intentar desestabilizar al país para forzar su retorno al poder. “Si renunciar resolviera los problemas, ya lo habríamos hecho”, declaró el domingo.